Dormir salir bailar
tomar salir bailar tomar dormir, comer cuando se debe, coger cuando se puede.
Eeeepaaa, na tampoco tanto. Pero en definitivamente hubo un cierto ritmo que
marco mi fin de semana largo.
Como siempre,
estuve tratando de limitar mis salidas a un par de copas y charlas entre
amigos. Lo logre? No. Pero no me siento mal, hice lo mejor que pude.
Arranqué el jueves
cocinando patitas de pollo en el horno de mi amiga. Ella vive en puerto madero,
el lugar que tiene el % mas alto de hornos eléctricos en Buenos Aires. Yo soy
media capa usando cosas de primer mundo, (para un cumpleaños mío en Estocolmo cociné lasaña
para 15 personas en un horno igual.) El tema es que estuve viviendo demasiado
tiempo en Buenos Aires. El pequeño porteño, que en un momento u otro simpre
termina mudándose a la cabeza de todo extranjero, me la cago. Esta vez haciéndome prometer que si
podía acordarme de dar vuelta las patitas en el horno.
Bue, así empezó mi
fin de semana, con vino tinto y sabor a quemado.
De Puerto Madero fuimos
a Nicky Harrison y de Nicky Harrison a Unicorn House. Con una mezcla rarísima
de tragos de autor, cerveza del pico, hombres en camisas, pendejos en
zapatillas, Chet Baker y Los Redondos debería haber sabido que estaba empezando
mal, pero no me di cuenta, era de noche.
La realidad entró por la puerta con el mediodía del viernes y me pego u cachetazo en la cara, si,
últimamente suele pasar mucho. Me di cuenta que no tenia ganas de vivir y que
el alcohol no sirve para nada. Pasé el día mirando a los hombres que asfaltaban
la calle abajo del balcón.
A la noche, a eso
de las 21.00 me di cuenta que no estaba tan mal. La vida te daba lo que querías,
todo estaba compuesto por energías y leyes de atracción y los sueños siempre se
podían hacer realidad. Me decidí darle otra oportunidad.
Lo tendría que
haber hecho? Obviamente que no. Pero, de eso no me di cuenta hasta el sábado a
la tarde. A esa hora el peliculón empezó a formarse en mi cabeza; Canitas, Mona, tacos demasiado altos, caipis de maracuyá, whisky, MAS whisky(?), cigarros
a lá Great Gatsby. Las chicas y los chicos. Alguien que contaba algo sobre juegos
sexuales en un tren por europa, otro que confesaba que era gay, un tercero que
ofrecía curarlo. Tomamos esa ultima botella? Fuimos a Liv? Por que me llevaron
a caballito por las calles apedreadas? Donde terminé? Digo, donde estoy?
5 problemas, una
solución. Negación.
Sobreviví hasta la tardecita con la esperanza
sola de que todo esto había pasado en mi cabeza. Comí pasta con salsa cuatro
quesos, trate de comprar productos online y me hice un baño de inversión. Le prometí
a dios que nunca tocaria otra botella. Supongo que tambien le tendría que haber
pedido disculpas por mentir.
Nunca pensé que le podía
poner tantas garras. El sábado paso desapercibido. C volví de Nordelta y yo fui
a comprar Champagne y Speed. Mientras que yo tomaba el Speed acostada en el
sillón ojeando la tele y llorando por adentro ella me maquillo. Hay que amarla.
Una botella y 3 Falgos después entré por la bodega de Nicky. Ay ay ay. Pausa. Saltar para
adelante.
Si, también fuimos
a Isabel, también fuimos a jet. Pero no fue hasta las 04.30 de la mañana en
tequila que me dí cuenta de algo. El alcohol realmente no soluciona problemas,
solo los vuelven mas interesantes.