Al final fuimos a cenar en Olsen, ubicado en las afueras de
Palermo Hollywood e inspirado en todo lo que es comida escandinava. Solo yo fui
quien comió otra cosa que no sea pescado. El resto de la mesa, tuvo que mandar los
plato de nuevo a la cocina al ver que el salmón no estaba bien cocido. Una
lastima la verdad.
Igualmente estoy segura que volveré a este pequeño Oasis de
vodka y panes surtidos. La gente alrededor de nuestra mesa me inspiraron con
sus lentes diseñados y sus outfits de Lino.
Ahora en un ratito me tendré que preparar para un
“re-encuentro”. Mis expectativas están por el piso gracias a C.
Entrada |
Carre de cerdo |
El Salmon Blanco |
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