martes, 16 de abril de 2013

Un Cuento Poco Convencional

Como se sorprendió Tati, mi amiga del guardarropa cuando me vio entrar en el vestuario. Yo en mi mundo, escuchando musica no la escuche exclamar -"ahi esta la desaparecida", pero si la entendi por sus señas y su mímica exagerada.
Con toda tranquilidad me acerque a ella y le explique mis razones poco convencionales por las cuales me había visto obligada a faltar al gym este ultimo tiempo. Le conté todo sobre mi stalker, sobre como me había vuelto loca hasta tal punto que me tuve que escaparme de Buenos Aires. Le conté sobre la cabaña en las montañas y los ravioles en lata (lo único que hubo para comer durante ese mes y medio escondida en la sierra.) También le conté sobre el ruido de los animales salvajes por las noches y el miedo que tuve por mis nuevos rosaditos de Sarkany al cruzar los montes a pie en búsqueda de agua potable.
Cerre la historia aseguradole que mi stalker había sido atrapado días antes y que yo ahora estaba libre como para caminar por las calles y hasta ir al gimnasio.
Obviamente no me creyó nada, ni un camion entero de ravioles en lata pudo haberme hecho subir estos 2 kg y medios


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